sábado, 20 de febrero de 2010

EL BANCO INDUSTRIAL DE SAN FELIPE Y GUAMA
Y PDVAL DE CHIVACOA: DOS ABUSOS
Samuel López Castillo[i]
No son suficientes ni el parlamento, ni la constitución ni las leyes
para que las democracias funcionen: tiene que haber al mismo
tiempo, ciudadanos dispuestos a hacer suya la cultura
Democrática
Victoria Camps.  Paradojas del Individualismo[ii].

U
n imperativo de Enmanuel Kant me retumba en las sienes a cada momento y me traslada de inmediato a Ernesto Sábato. La frase recordada es “Que cada quien cumpla con su deber aunque los demás no lo hagan”. Por lo que respecta al autor del Túnel el martilleo es como sigue: “La primera tragedia que debe ser urgentemente reparada es la desvalorización de sí mismo que siente el hombre y que conforma el paso previo al sometimiento y la masificación [iii]. Que cuál es el deber concretamente. Me refiero al deber de denunciar; consecuencia misma de lo que la política a la sazón llama contraloría social y que yo conozco desde Maricastaña como crítica. Entremos en liza:
EL BANCO INDUSTRIAL DE VENEZUELA  de  San Felipe y Guama desde hace algún tiempo se ha dado a la tarea de retener el dinero de nosotros los trabajadores que recibimos el pago del salario a través suyo. Arguyen cosas como estas: “No ha llegado la remesa”, “el banco no cancela esa cantidad, sino hasta…”, entre otras razones.
No me da la gana de especular, sólo voy a decir que los interventores no pueden jugar con el salario de la gente y menos cuando el patrón ha depositado dinero en ese banco con el único fin de pagarlo a los trabajadores. Esta arbitrariedad debe ser conocida por el Ministerio del Poder Popular para Interior y Justicia a fin de que articule una solución inmediata, por lo que respecta a los trabajadores de registros y notarias, pues el banco, mediante esta amable vía de hecho nos embarga o retiene el salario de manera ilegal. Justicia es decir que, mientras  estuvo William (Chicote) Garrido en la presidencia el banco, estas lindezas no ocurrían, amén de que gracias a él la “Atenas de Yaracuy” tiene su primera oficina bancaria.
PDVAL de la Avenida Industrial de Chivacoa, es tu turno. Esta denuncia la quise corroborar y fue así como me dirigí a esa “Zona en el Tiempo”, al Pdval de la tierra de José Parra. Antes, mi tío Alexi me había alentado a ir  hasta allá con el gancho de que ahí vendían de todo.
Recibidas las denuncia, tenía sobre la institución dos opiniones contrastantes y no quería irme de bruces. Cogí el paquete de un kilo de azúcar (había de sobra) y me dirigí a pagar. El de la caja me dijo que tenía que comprar dos (2) kilos y que además tenía que llevar un kilo de sal y uno de arroz. Protesté sin éxito, De nada me sirvió el memorial de agravios de la hipertensión arterial familiar relatado. Tuve que comprar sal y arroz que no necesitaba y un kilo más de azúcar. Qué tal?
Si a estos señores le dieran un cursito de eso que los sicólogos llaman “pensamiento colateral”, tal vez supieran que no todo el mundo come  sal, que no todos los salaos comen salado.
Desvalorizados por la necesidad desembocamos sin deseos en otra suerte de consumismo.
No obstante, conozco en la “Zona en el tiempo” en extraordinario dirigente social adscrito al Indepabis; se llama Asdrúbal Rumbos, si no yerro. Me conformaría con enterarme de que el proactivo y honesto Asdrúbal Rumbos los visitara; Así nos ahorraríamos el oprobioso espectáculo de ver salir del Pdval a tanta gente con una bolsa llena de imposiciones azucaradas, o la carga adicional de comparecer ante la Superintendencia de Bancos, el Indepabis o los tribunales.


[i] Abogado (UC)
[ii] Edit. Critica.Barcelona.1999
[iii] La  Resistencia. Edit. Seix Barral.20

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