MANÍA LIBRESCA EN RESEÑA
Por Samuel López Castillo
En un extraño libro, fascinante, como sólo pueden ser los buenos libros consigo una aparente explicación a esa manía mía de comprar y comprar libros, pero sobre todo libros distantes de la moda literaria. En el mismo libro, consigo también una frase de Sócrates que no conocía “la manìa es más bella que la sofrosýne
Cioran, que siempre acierta, ya me había desconcertado con un Aforismo “Leer muchos libros, comprar menos libros”. Hasta ahora la deliciosa influencia de Cioran no ha desaparecido mi manía. En una ocasión me zambullí en una librería y compré cerca de noventa libros. La vendedora me preguntó, entre nerviosa e intrigada, si los pensaba leer de inmediato; le dije que sólo un par de ellos me interesaban perentoriamente; el resto los pensaba a leer años después, con lo cual recibí de ella un gesto extraño, como reprochándose su boutade. Recuerdo que pensé explicarle que no se trataba de una mala respuesta sino de llana sinceridad.
El libro aludido lo adquirí en las librerías del Sur y se titula “La locura que viene de las ninfas y otros ensayos”, de Roberto Calasso, Edit. Sexto Piso, Mexico, 2004. En el ensayo Confesiones Biográficas, dedicado a la obra cumbre de Elías Canetti, Masa y Poder, Calasso cuenta, como justificando mi manía: “…siempre he considerado una prueba estridente de incivilidad los discursos de quienes reprueban que tantos adquieran libros y no los lean inmediatamente”.
El ensayista cuenta en el mismo texto, la aventura de Canetti con un extraño libro escrito por un tal Schreber “Memorias de un enfermo de nervios”. Libro que le fuera regalado en Londres por Anna Mahler, hija del gran compositor alemán Gustavo Mahler, en agosto de 1939. Anna a su vez lo había adquirido de un médico que había vivido en su estudio, quien lo dejó allí antes de emigrar a los Estados Unidos.
“Pero no lo leí entonces,” (confiesa Canetti)… “Por más de nueve años el libro de Schreber permaneció no leído en mi casa. Los libros son para una doble aventura. La primera es el descubrimiento: cuando lo encuentro en alguna parte huelo la importancia que podría tener en un futuro para mí y, por así decir, me los apropio físicamente. Después de lo cual pasan con frecuencia muchos años hasta la segunda aventura, cuando por un incomprensible impulso los tomo en la mano y, excluyendo cualquier otro interés, me les avalanzo como en un delirio. Con Schreber esto sucedió en mayo de 1949… Lo leí más veces de cabo a rabo, en un estado de gran excitación, y escribí los dos capítulos que luego, con mínimas abreviaciones, recogí en masa y poder (que apareció en 1960.
El libro de Calasso Contiene cinco ensayos: La locura que viene de las Ninfas, El síndrome lolita (a propósito de la famosa novela de Vladimir Navokov), El Plató de la mente, Confesiones bibliográficas y, La edición como Género Literario. Son cinco geniales ensayos que pasan la prueba de ser leídos sin que nos perturben sus significados, de corrido, sin comentarios, sin diccionarios y sin hacerse preguntas.
Por lo respecta a los ensayos La locura que viene de las Ninfas y El síndrome lolita, un hilo común atraviesa a ambos trabajos: el conocimiento a través de la posesión (conocer es poseer, pero también ser poseído) y las ninfas como pre-texto. Ambas escrituras, deberían leerlas especialmente los psiquiatras, tan dados a usurpar las funciones de la judicatura y, asimismo, deberían ser leídos por los miembros de la judicatura, tan acostumbrados a las gazmoñerías, al influjo de la “jauría de los bienpensantes” y al sostenimiento de prejuicios y tabúes. La hipótesis de Calasso respecto del símbolo Lolita es demoledora “quizá el escándalo que Lolita suscitó en algunos cuando apareció—y al parecer continúa suscitando—se debía al hecho de que Nabokov obligaba a la mente, con los medios traicioneros y matemáticos del arte, a volver a despertase a la evidencia, a la existencia de esos seres—las Ninfas—que pueden también presentarse bajo la forma de una chiquilla estadounidense con calcetines blancos. Más que el sexo, el escándalo era la literatura misma.”
En el ensayo El plató de la mente, Calasso echa mano de la cultura oriental, específicamente de la lectura vedántica, para ofrecer otra mirada a una extraordinaria y deliciosa joya del séptimo arte, “La ventana indiscreta” de Hitchcock. Todo un descubrimiento.
Finalmente, el libro nos ofrece en raro ensayo de nombre “La edición como género literario. El misterio y la fascinación que produce la actividad editorial son señalados acá. Calasso afirma que la edición siempre ha sido una cuestión de prestigio al tratarse de un género de negocio que es también un arte; arte que siguiendo la postura de Lévi Straus, puede ser considerado como una forma particular de bricolage. Es un ensayo singularmente ingenioso. Cada vez que veamos un libro feo, de mediocre edición, sepamos que no fue hecho por un artista de la edición. Lo más seguro es que lo haya sido por azarosos gerentes, pero no por orgullosos editores.
Cioran, que siempre acierta, ya me había desconcertado con un Aforismo “Leer muchos libros, comprar menos libros”. Hasta ahora la deliciosa influencia de Cioran no ha desaparecido mi manía. En una ocasión me zambullí en una librería y compré cerca de noventa libros. La vendedora me preguntó, entre nerviosa e intrigada, si los pensaba leer de inmediato; le dije que sólo un par de ellos me interesaban perentoriamente; el resto los pensaba a leer años después, con lo cual recibí de ella un gesto extraño, como reprochándose su boutade. Recuerdo que pensé explicarle que no se trataba de una mala respuesta sino de llana sinceridad.
El libro aludido lo adquirí en las librerías del Sur y se titula “La locura que viene de las ninfas y otros ensayos”, de Roberto Calasso, Edit. Sexto Piso, Mexico, 2004. En el ensayo Confesiones Biográficas, dedicado a la obra cumbre de Elías Canetti, Masa y Poder, Calasso cuenta, como justificando mi manía: “…siempre he considerado una prueba estridente de incivilidad los discursos de quienes reprueban que tantos adquieran libros y no los lean inmediatamente”.
El ensayista cuenta en el mismo texto, la aventura de Canetti con un extraño libro escrito por un tal Schreber “Memorias de un enfermo de nervios”. Libro que le fuera regalado en Londres por Anna Mahler, hija del gran compositor alemán Gustavo Mahler, en agosto de 1939. Anna a su vez lo había adquirido de un médico que había vivido en su estudio, quien lo dejó allí antes de emigrar a los Estados Unidos.
“Pero no lo leí entonces,” (confiesa Canetti)… “Por más de nueve años el libro de Schreber permaneció no leído en mi casa. Los libros son para una doble aventura. La primera es el descubrimiento: cuando lo encuentro en alguna parte huelo la importancia que podría tener en un futuro para mí y, por así decir, me los apropio físicamente. Después de lo cual pasan con frecuencia muchos años hasta la segunda aventura, cuando por un incomprensible impulso los tomo en la mano y, excluyendo cualquier otro interés, me les avalanzo como en un delirio. Con Schreber esto sucedió en mayo de 1949… Lo leí más veces de cabo a rabo, en un estado de gran excitación, y escribí los dos capítulos que luego, con mínimas abreviaciones, recogí en masa y poder (que apareció en 1960.
El libro de Calasso Contiene cinco ensayos: La locura que viene de las Ninfas, El síndrome lolita (a propósito de la famosa novela de Vladimir Navokov), El Plató de la mente, Confesiones bibliográficas y, La edición como Género Literario. Son cinco geniales ensayos que pasan la prueba de ser leídos sin que nos perturben sus significados, de corrido, sin comentarios, sin diccionarios y sin hacerse preguntas.
Por lo respecta a los ensayos La locura que viene de las Ninfas y El síndrome lolita, un hilo común atraviesa a ambos trabajos: el conocimiento a través de la posesión (conocer es poseer, pero también ser poseído) y las ninfas como pre-texto. Ambas escrituras, deberían leerlas especialmente los psiquiatras, tan dados a usurpar las funciones de la judicatura y, asimismo, deberían ser leídos por los miembros de la judicatura, tan acostumbrados a las gazmoñerías, al influjo de la “jauría de los bienpensantes” y al sostenimiento de prejuicios y tabúes. La hipótesis de Calasso respecto del símbolo Lolita es demoledora “quizá el escándalo que Lolita suscitó en algunos cuando apareció—y al parecer continúa suscitando—se debía al hecho de que Nabokov obligaba a la mente, con los medios traicioneros y matemáticos del arte, a volver a despertase a la evidencia, a la existencia de esos seres—las Ninfas—que pueden también presentarse bajo la forma de una chiquilla estadounidense con calcetines blancos. Más que el sexo, el escándalo era la literatura misma.”
En el ensayo El plató de la mente, Calasso echa mano de la cultura oriental, específicamente de la lectura vedántica, para ofrecer otra mirada a una extraordinaria y deliciosa joya del séptimo arte, “La ventana indiscreta” de Hitchcock. Todo un descubrimiento.
Finalmente, el libro nos ofrece en raro ensayo de nombre “La edición como género literario. El misterio y la fascinación que produce la actividad editorial son señalados acá. Calasso afirma que la edición siempre ha sido una cuestión de prestigio al tratarse de un género de negocio que es también un arte; arte que siguiendo la postura de Lévi Straus, puede ser considerado como una forma particular de bricolage. Es un ensayo singularmente ingenioso. Cada vez que veamos un libro feo, de mediocre edición, sepamos que no fue hecho por un artista de la edición. Lo más seguro es que lo haya sido por azarosos gerentes, pero no por orgullosos editores.
samuellopez33@gmail.com/cronicasyaracuyanas.blogspot.com
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